Schweitzer Fachinformationen
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Introducción. PARTE 1: LA DEFENSA SICILIANA. 1. Los cimientos 2. Presentaciones 3. Las preguntas correctas 4. «Lo único que me importa es ganar» 5. Los vigilantes 6. En el barro 7. El poder del dinero. PARTE 2: MALA JUGADA. 8. Si tú lo construyes 9. Guerra de widgets 10. Accidentes 11. El «motín del Nut House» 12. Cambio de signo 13. La espada 14. El coste de la ambición PARTE 3: TORRES DOBLADAS. 15. Igor 16. Usa la fuerza 17. Crimen en directo 18. Guerrillas. 19. El dominio del mundo 20. Pillados por sorpresa 21. Proscritos 22. Y solo conseguí una camiseta. Conclusión: El mercado. Epílogo. Agradecimientos. Nota sobre las fuentes y los métodos. Notas. Sobre el autor.
?Joder, tendré que abrir el baúl1 de los recuerdos ?dijo Elon Musk.
Estábamos en una habitación sin apenas muebles, pero la metáfora era válida: Musk se disponía a contarme la historia de PayPal.
Cuando nos conocimos, en enero de 2019, PayPal (empresa que Musk había fundado dos décadas antes junto con otros tres socios) era una cuestión muy secundaria para él. El día anterior había hecho público que Tesla Motors, la empresa de automóviles eléctricos que dirige desde 2003, iba a hacer grandes recortes de personal. Y la semana previa había reducido en una décima parte la plantilla de SpaceX, la compañía de fabricación y transporte aeroespacial que fundó en 2002. En medio de esa vorágine, yo no sabía hasta qué punto Musk estaría dispuesto a ahondar en el pasado, y sospechaba que me despacharía con una rápida charla informal.
Pero a medida que hablaba sobre los orígenes de Internet y PayPal, la conversación empezó a ramificarse y me relató sus prácticas en un banco canadiense, la creación de su primera empresa, de la segunda, y su fracaso como CEO.
Al final de la tarde, casi tres horas después, le sugerí que nos tomáramos un descanso. Habíamos acordado una entrevista de una hora, y aunque Musk había sido muy generoso con su tiempo no quería aprovecharme. Sin embargo, cuando se levantaba para acompañarme a la salida me regaló otra historia de PayPal. Con 47 años, Musk hablaba con el entusiasmo de un veterano recordando sus buenos tiempos:
?¡No puedo creer que hayan pasado 20 años!
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Era difícil de creer, no solo por el tiempo transcurrido, sino por todo lo que habían logrado en ese periodo los extrabajadores de la empresa. Si has usado Internet en los últimos 20 años, seguro que has entrado en contacto con algún producto, servicio o web relacionado con los creadores de PayPal. Los fundadores de muchas de las empresas más relevantes de nuestro tiempo (YouTube, Yelp, Tesla, SpaceX, LinkedIn o Palantir) trabajaron antes en PayPal, y muchos otros de los antiguos empleados de esta marca ostentan ahora cargos de responsabilidad en Google, Facebook o las principales sociedades de capital riesgo de Silicon Valley.
En las dos últimas décadas, exmiembros de PayPal, tanto los que daban la cara como los que se movían entre bastidores, han participado de alguna forma en todas las empresas de éxito de Silicon Valley. En conjunto, constituyen una de las redes más poderosas y triunfadoras del planeta (la controvertida expresión «la Mafia de PayPal» capta a la perfección el grado de poder e influencia que han alcanzado). De sus filas han surgido varios multimillonarios, y la suma de su patrimonio neto es superior al PIB de Nueva Zelanda.
Pero fijarse solo en el poder y la influencia que ejercen en el mundo tecnológico hace olvidar el alcance real de su impronta: también han fundado organizaciones sin ánimo de lucro, producido películas galardonadas, escrito libros de gran éxito y asesorado a políticos de toda índole. Y su labor no acaba ahí: en la actualidad, se han propuesto retos como la catalogación de los registros genealógicos mundiales o la recuperación de los ecosistemas forestales.
Además, han sido el epicentro de las mayores controversias sociales, políticas y culturales de nuestra era, que incluyen reñidos debates sobre la libertad de expresión, la normativa financiera, la privacidad, la desigualdad económica, la eficacia de las criptomonedas y la discriminación en Silicon Valley. Para sus admiradores, son todo un ejemplo; pero para sus detractores representan lo peor de la tecnología: un pequeño grupo de idealistas que acumula más poder que nadie en la historia de la humanidad. Los fundadores de PayPal no dejan a nadie indiferente: son héroes o villanos.
Sin embargo, aquellos días de PayPal suelen pasarse por alto. Y si, por casualidad, alguien lo menciona, lo habitual es que solo le dedique un breve párrafo reconociéndolo como origen de los increíbles hitos alcanzados más adelante. Porque esos éxitos y sus controversias son de tal envergadura que restan importancia a los orígenes. Al fin y al cabo, los viajes espaciales son más atractivos que un simple servicio de pago online.
Pero a mí me resulta extraño. Es como si todos ellos se hubieran criado en el mismo pueblo y nadie se preguntara qué tenía de especial ese lugar. También me parece injusto: ignorar la fundación de PayPal supone olvidarse de lo esencial de sus creadores, es decir, dejar de lado la experiencia crucial de sus orígenes profesionales, esa que ha determinado lo que lograron más adelante.
Solo cuando empecé a indagar y hacer preguntas sobre los orígenes de PayPal pude darme cuenta de cuántas historias cayeron en el olvido y cuántos de sus protagonistas han desaparecido de los relatos posteriores. Varias personas a las que entrevisté me aseguraron que nunca les habían preguntado sobre su paso por PayPal. Y gran parte de sus historias eran tan jugosas y reveladoras como las de los nombres más conocidos.
De hecho, es en los recuerdos de decenas de ingenieros, diseñadores de UX, arquitectos de redes, especialistas en producto, agentes antifraude y personal de apoyo donde la historia de PayPal recupera su esplendor. Como declaró un antiguo trabajador: «Había gente como2 Peter Thiel, Max Levchin y Reid Hoffman. Pero cuando llegué a la empresa las auténticas estrellas eran los administradores de bases de datos».
Conocidos o no, los cientos de personas que trabajaron en PayPal entre 1998 y 2002 creen que la experiencia fue trascendental: influyó en su manera de entender el liderazgo, la capacidad estratégica y la tecnología. Varios extrabajadores me comentaron que han pasado el resto de su vida profesional pretendiendo hallar un equipo con la misma intensidad, idéntico potencial y similares conocimientos. «Era algo muy especial,3 y creo que no todo el mundo se dio cuenta en ese momento ?me comentó un miembro del departamento de producto?. Por eso, ahora, cuando analizo a un equipo busco esa magia que surgió en los primeros tiempos de PayPal. Es extraño, pero es lo que seguimos buscando».
Otro trabajador destacó la reacción en cadena que había provocado PayPal, no solo en la vida de gente como Musk, Levchin y Hoffman ?cuyas creaciones han causado un gran impacto en millones de personas?, sino en la de los cientos que estuvieron presentes en el momento de su fundación. «Es algo que me marcó4 y que tal vez lo haga el resto de mi vida», confesó.
Comprender esa época permite desvelar un periodo extraordinario de la historia tecnológica y de las vidas de quienes lo hicieron posible. Y, cuanto más sabía sobre ello, más convencido estaba de que abrir ese «baúl de los recuerdos» valía la pena.
La fundación de PayPal es una de las mayores y más increíbles historias de los inicios de Internet. Dos décadas después, cuando ya la «e» de «-commerce» resulta redundante, es fácil dar por sentado un servicio como PayPal. Ahora que con un par de clics te traen un coche a la puerta de tu casa, enviar dinero por Internet no parece gran cosa. Sin embargo, asumir que el desarrollo tecnológico necesario para hacerlo fue pan comido o que el éxito de PayPal era previsible es un tremendo error.
La PayPal que conocemos en la actualidad es el resultado de la fusión de dos empresas. Una de ellas (que primero se llamó Fieldlink y más adelante rebautizaron como Confinity) la fundaron dos auténticos desconocidos en 1998: Max Levchin y Peter Thiel. Y, en la búsqueda de un producto rentable, crearon una herramienta que vinculaba el dinero con el correo electrónico: un servicio conocido como PayPal que se topó con un público entusiasta en el portal de subastas eBay.
Pero Confinity no era la única compañía que trabajaba en el desarrollo de un sistema de pagos online. Justo después de vender su primera empresa, Elon Musk fundó X.com, que también se dedicó a enviar dinero por correo electrónico. Sin embargo, esa no era ni por asomo su intención original: él estaba convencido de que los negocios digitales debían cambiar de forma drástica y de que X.com sería la plataforma que lo haría posible. A priori, la nueva empresa iba a ser un portal con un completo catálogo de productos y servicios financieros. No obstante, una serie de cambios estratégicos la llevaron al mismo mercado de pagos online que Confinity, y ello le dio acceso a un mercado de servicios financieros mucho mayor.
Confinity y X.com lucharon de un modo feroz para repartirse el mercado de eBay, una disputa que incentivó su de por sí airada competitividad y acabó en una conflictiva fusión. Durante muchos años, la supervivencia de la compañía fue una incógnita: hubo demandas, fraudes y estafas externas. Sus fundadores se enfrentaron a gigantes financieros, a la crítica periodística, a un público escéptico, a legisladores hostiles e incluso a estafadores extranjeros. En apenas cuatro años, sobrevivieron al estallido de la burbuja de las puntocom, a las investigaciones de la fiscalía y a una réplica de la empresa que creó uno de sus inversores.
Además, PayPal tuvo que hacer frente a un mercado muy competitivo. En sus inicios vio llegar al sector una docena de nuevos rivales, al tiempo que se defendía de la competencia ya existente, como Visa, MasterCard o los grandes bancos. Y, como era la principal plataforma de pagos de eBay, también se topó con la resistencia de los ejecutivos de dicha compañía, que la veían como una...
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