Schweitzer Fachinformationen
Wenn es um professionelles Wissen geht, ist Schweitzer Fachinformationen wegweisend. Kunden aus Recht und Beratung sowie Unternehmen, öffentliche Verwaltungen und Bibliotheken erhalten komplette Lösungen zum Beschaffen, Verwalten und Nutzen von digitalen und gedruckten Medien.
-FRATES CARISSIMI: Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos.
No todos los periodistas acreditados ante la Santa Sede están cubriendo en estos momentos el acto que se está celebrando en la Sala del Consistorio de los Palacios del Vaticano. Se trata de un acto más, de un consistorio para el voto de la causa de canonización de tres beatos.
Uno de ellos es Antonio Primaldo, sastre italiano nacido en Otranto en 1400 y que, ochenta años después, fue decapitado por los turcos al negarse a renunciar a su fe cristiana. Con él fueron también decapitadas setecientas noventa y nueve personas más.
En Roma, este lunes, 11 de febrero del 2013, el día ha amanecido gris. Y una de las periodistas que no ha considerado menor, informativamente hablando, el consistorio que está presidiendo en estos momentos el papa Benedicto XVI es Giovanna Chirri, veterana redactora de la agencia italiana de noticias ANSA.
Son las 11:46. De repente, Giovanna Chirri cree escuchar algo imposible y nota que sus piernas comienzan a temblar. Se ajusta las gafas, reflexiona, traga saliva y sí, admite que lo que acaba de decir Benedicto XVI en latín es que renuncia a seguir siendo papa. Giovanna Chirri sabe latín y, además, eso cree ella, el latín del papa alemán se entiende muy bien.
-Os he convocado a este consistorio no solo para las tres causas de canonización sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino.
La periodista Giovanna Chirri ha entendido inmediatamente lo que acaba de decir Benedicto XVI. Lo ha entendido mucho antes que algunos de los cardenales presentes en la sala. También lo ha entendido enseguida el director del coro de la Capilla Sixtina, Massimo Palombella, que ha alertado en voz baja a sus componentes. Así lo contará a un periódico peruano el barítono de esa nacionalidad, Augusto Garay, según el cual algunos cardenales no dominan demasiado el latín. Quizá el barítono exagera o quiere presumir ante sus compatriotas de que él sí lo domina.
Pocas horas después, el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, llamado el Diplomático, definirá muy bien el impacto, la conmoción que han provocado las palabras de Benedicto XVI.
-El anuncio de la renuncia de Benedicto XVI ha sido como un rayo en un cielo sereno.
Alessandro di Meo es uno de los fotógrafos que, segundos después de conocerse la noticia de la renuncia del papa Benedicto XVI, se ha dirigido a la plaza de San Pedro. Sabe que el papa alemán no se asomará a la ventana de sus aposentos privados, pero solo los fotógrafos de prensa o fotoperiodistas, como algunos gustan de definirse, siguen teniendo esa cualidad sin la cual el periodismo no existe: la tenacidad, la confianza en que la oportunidad, la foto, les puede salir al encuentro. Y para que eso sea posible, para atrapar, para cazar la foto, hay que estar donde está la noticia, que nunca está en las redacciones de los periódicos o las televisiones.
Alessandro di Meo observa el cielo romano o vaticano, comprueba que amenaza tormenta, ve un primer relámpago y piensa que quizá tendrá suerte.
Varias horas después, esas largas horas del cazador, a las 19:30, la tormenta le regala al fotógrafo lo que estaba esperando: un rayo impacta contra la cúpula de la basílica de San Pedro. El tiempo de exposición ha sido de 8 segundos y no ha apoyado la cámara en un trípode sino en una de esas vallas que, en determinados días, también en la plaza de San Pedro, sirven para contener o distribuir a los turistas y a los fieles.
El rayo que acaba de fotografiar Alessandro di Meo es tan oportuno, tan perfecto, que horas después, cuando la instantánea dé la vuelta al mundo, algunos lo acusarán de haber realizado un montaje. Otros fotógrafos, también presentes en la plaza de San Pedro en estos momentos, no han tenido tanta suerte. Uno de ellos ha cazado también al rayo, pero horizontalmente, y por eso se lamenta. Sabe por experiencia que cuando llegue a su diario los compañeros de maquetación le dirán que esa horizontalidad le quita mucha fuerza a la instantánea y por eso no merecerá aparecer en la portada.
Alessandro di Meo ha tenido suerte: su foto es vertical.
No solo esos aficionados a lo apocalíptico, mercaderes de profecías y vendedores de misterios a granel utilizarán esa foto como un signo, como una señal, como un aviso, como un presagio. Después de ese rayo, incluso algunos de los periodistas católicos más influyentes en el Vaticano están pensando en estos momentos en el popular Malaquías, que aunque se le tenga por santo no lo es, pero que da igual porque siempre se recurre a él cuando muere un papa.
Esta tarde, pese a la lluvia, entran y salen muchos periodistas de los estudios de Radio Vaticana, cuyo director es el también portavoz vaticano y jesuita Federico Lombardi. Esos estudios y sus oficinas parecen la ONU, algo que suele suceder en casi todas las dependencias de la Iglesia católica en Roma y, sobre todo, en el Vaticano. Indios, colombianos, keniatas, tamiles, croatas, argentinos, mexicanos, alemanes, irlandeses, españoles, nigerianos, polacos, brasileños, chinos, etcétera.
Radio Vaticana emite en más de treinta idiomas. También en tigriña, que es una lengua que se habla en Etiopía.
Un periodista italiano, que quizá sea también sacerdote, habla por teléfono con alguien que le ofrece algo que no parece entusiasmarle o tal vez no le concede demasiada credibilidad.
-¿Me estás diciendo que conoces a alguien que está escribiendo un libro que vincula la renuncia de Benedicto XVI con el tercer secreto de Fátima? ¿Que ya lo ha escrito? ¿Y dices que es profesor en la universidad?. No sé qué decirte. ¿Y cuándo sale ese libro?
Dos semanas después alguien será noticia con un libro que sostiene ese mismo argumento, pero eso aún no ha sucedido.
Lo único cierto o real es que en el vestíbulo de Radio Vaticana, peleándose con dos o tres teléfonos móviles, puede verse muchas veces a la periodista española Paloma Gómez Borrero, a quien un colega de la BBC me definió en cierta ocasión como «el mejor atajo» si tienes que transitar por el Vaticano.
Cambian los papas, pero Paloma, a su manera, permanece.
Pero esta tarde-noche, la del rayo caído en la cúpula de la basílica de San Pedro, la de la renuncia de Benedicto XVI, Paloma Gómez Borrero está muy afectada.
También ella esta mañana estaba presente en la Sala del Consistorio, pero parece confundir las horas y en estos precisos instantes, a través de una radio nocturna, ignoro si en directo o en diferido, cuenta que el rayo cayó sobre la cúpula de la basílica de San Pedro minutos después del anuncio de la renuncia papal.
-Pues no sé. Pensando en un papa que renuncia, aunque tenga todo el derecho a renunciar, pues no sé. piensas. no sé. piensas que quizá sí que ese rayo ha sido un signo, pero en fin. Yo creo que el papa renuncia, pero no huye. Y fíjate, yo intuía que iba a pasar algo parecido a lo que ha pasado. Lo digo porque veía como menguaba su fuerza física, como se iba reduciendo, como se iba consumiendo. Se estaba quedando pequeñito. Y ese ojo nublado que tiene y que se le iba poniendo gris, velado.
A Paloma Gómez Borrero algunos de los periodistas italianos más veteranos y corresponsales españoles más jóvenes la llaman cariñosamente la Abuela. Y, casi todos, la consideran un símbolo creado por el papa polaco.
Paloma Gómez Borrero sabe que ya casi nada es igual que cuando vivía su muy querido Juan Pablo II. Antes, durante los vuelos de los viajes papales, el pontífice abandonaba su butaca, se dirigía a la parte del avión que ocupaban los periodistas y los saludaba uno por uno. Cuando el papa polaco ya tenía problemas de movilidad respondía sentado, desde su butaca, pero siempre tenía una atención especial con la periodista española. O sea, que cuando el entonces portavoz Joaquín Navarro-Valls decía que se habían acabado las preguntas, Juan Pablo II, con el micrófono en la mano, replicaba:
-No, no. Paloma sí puede preguntar.
El periodismo sabe que, en materia de cardenales papables, casi nadie acierta en sus vaticinios, sobre todo los que presumen de estar mejor informados. Pero pese a esa terca realidad el periodismo sigue insistiendo. Además, cuando muere un papa o, como en este caso, renuncia y no se sabe qué preguntar a un cura, obispo o teólogo popular, que es algo que suele pasar muy a menudo, sobre todo en España, en tiempos de cónclave siempre se acaba preguntando por los cardenales favoritos. Y también Paloma Gómez Borrero los tiene.
-Yo creo que los cardenales intentarán que el nuevo papa sea italiano. De los italianos se habla mucho de Angelo Scola, arzobispo de Milán, pero aunque solo tenga 71 o 72 años yo lo veo ya muy mayor. Yo vería más a Angelo Bagnasco, que es el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Es un hombre muy válido. También me gusta Mauro Piacenza, el prefecto de la Congregación para el Clero. Ah, y tengo a mis americanos. Entre ellos a un capuchino de Boston, que a mí me recuerda mucho a...
Dateiformat: ePUBKopierschutz: ohne DRM (Digital Rights Management)
Systemvoraussetzungen:
Das Dateiformat ePUB ist sehr gut für Romane und Sachbücher geeignet – also für „glatten” Text ohne komplexes Layout. Bei E-Readern oder Smartphones passt sich der Zeilen- und Seitenumbruch automatisch den kleinen Displays an. Ein Kopierschutz bzw. Digital Rights Management wird bei diesem E-Book nicht eingesetzt.
Weitere Informationen finden Sie in unserer E-Book Hilfe.