Capítulo 2
Desarrollo del Instituto Biológico Cubano (1942-1961)
Contextualización socioeconómica y política
La situación económica cubana en las décadas del cuarenta y cincuenta se fue haciendo cada vez más dependiente de Estados Unidos como consecuencia del Tratado de Reciprocidad Comercial de 1934 que fue ampliando el margen preferencial arancelario a su favor hasta el punto de incrementar las importaciones cubanas procedentes de ese país de 56,2 % del total en 1934, a 78,4 % en 1940; en tanto las posibilidades de desarrollo de una industria nacional se reducían aún más, incluso durante la etapa de recuperación de la economía 1942-1950 marcada por el incremento de la demanda de azúcar cubano durante la guerra y años de posguerra. No ocurrió así en Brasil, Argentina y otros países latinoamericanos que experimentaron procesos de crecimiento industrial entre 1930 y 1957.97
97 Gonzalo Mesa Rodríguez: El proceso de industrialización de la economía cubana, II (7):23-26, pp. 122-123.
Desde principios de 1941 cuando un pequeño grupo de científicos estadounidenses experimentaban con las mínimas cantidades de penicilina disponible y que había sido exitosa en cuatro seres humanos, ya el profesor Alexander A. Bogomoletz -director y fundador del Instituto de Biología y Patología Experimental de Kiev y creador del Suero Antireticular Citotóxico (ACS)-, lo había aplicado con éxito al tratamiento de miles de pacientes con diversos estados patológicos.
Bogomoletz había intuido que el tejido conjuntivo existente entre la sangre y las células del bazo, constituye la fuente de la que emanan las actividades bioquímicas e inmunológicas para mantener al cuerpo sano y protegerlo contra ciertas enfermedades. Después de años de experimentación, el 22 de junio de 1941, cuando los nazis iniciaron su ataque contra la URSS, anunciaba que su suero anti-reticular citotóxico había quedado perfeccionado y que estaba listo para emplearse en la curación de heridas en los campos de batalla. Sobre este suero, el periodista estadounidense, William L. Laurence -ganador del Premio Pulitzer y reportero científico de The New York Times- expresaba: "Junto con las sulfanilamidas, la penicilina y el plasma sanguíneo, ya ocupa lugar propio, como una de las nuevas 'balas mágicas' en los campos de batalla de los frentes orientales, como sanador de heridas y restaurador de vida".98
98 William L. Laurence: "Un gran descubrimiento ruso", Cuba y la URSS, La Habana, febrero de 1946, pp. 23-26.
En la revista Cuba y la URSS, publicada por el Instituto de Intercambio Cultural Cubano-Soviético durante los años 1945 y 1946, en el artículo de William Laurence de este último año, sobre el Suero Antireticular Citotóxico de Bogomoletz, se agrega una nota señalando que ya en Cuba hacía dos años -es decir, desde 1944- se investigaba para obtener este suero, que ya había sido obtenido y su fabricación estaba regulada comercialmente.99 Era esta una evidencia de la independencia con la que un laboratorio cubano lograba producir medicamentos biológicos dentro de una economía cada vez más dependiente de los Estados Unidos.
99 Ibídem, p. 26.
Dentro de la estructura económica industrial cubana para 1952, el mayor número de obreros ocupados se concentraba en la caña de azúcar y derivados (53,6 %) y la cifra de obreros (484 777) en la industria azucarera era superior a la suma de las industrias restantes. La industria químico farmacéutica contaba solo con 9147 obreros (1,0 % del total), y con 472 puestos de trabajo, lo que representaba el 1,55 % del total de puestos de trabajo existentes (30 502).100
100 Carlos del Toro: "Algunos aspectos económicos, sociales y políticos del movimiento obrero cubano", pp. 147-151.
En medio de las pocas probabilidades de expandir la industria azucarera, el bajo nivel de vida del cubano -dependiente en lo fundamental de dicha industria-, la necesidad de empleo de la población y de crecimiento de nuevas empresas, en 1952 surge el régimen dictatorial de Fulgencio Batista, quien entrega el país a los intereses de los monopolios estadounidenses y comienza el intento de un desarrollo económico mediante las inversiones extranjeras.
De 40 millones que producían las inversiones norteamericanas para la década de los años treinta, el estimado de la producción entre 1944 y 1956 estaba en 650 millones y 700 millones por concepto de utilidades. El capital invertido entre las dos fechas no era "fresco", sino resultado de la explotación de los recursos y del pueblo cubano.101
101 Julio Le Riverend: Historia económica de Cuba, p. 348.
A lo largo de esos años el pueblo cubano fue adquiriendo una conciencia cada vez más clara de que sus destinos tenían que realizarse por caminos diferentes. Por lo tanto, los movimientos populares fueron adquiriendo contenidos cada vez más nacionalistas y antimperialistas.
Si en 1940 la inversión norteamericana en Cuba recaía en lo fundamental sobre los sectores del azúcar, agricultura y servicios públicos, para 1958 las inversiones se incrementaron en estos dos sectores y evolucionaron hacia sectores más rentables en lo fundamental la minería, manufacturas, petróleo, comercio y otros. Entre las construcciones industriales estaban: la ampliación de la planta de níquel de Nicaro, la construcción de la de Moa, la planta de rayón de Matanzas, las refinerías de petróleo de La Habana y Santiago de Cuba, la planta termoeléctrica de Regla y otras más pequeñas (pintura, envases de cristal, neumáticos, molinos de trigo, y otras).102
102 Ver Cuadro 4 en: Gonzalo M. Rodríguez: Erradicación de la pobreza en Cuba, p. 126.
En ese periodo el gobierno desarrolló la política del "gasto compensatorio", destinada a incrementar los gastos en obras de infraestructura y la construcción de algunas industrias para sustituir importaciones, como la Antillana de Acero, Sulfometales de Pinar del Río, Cubanitro de Matanzas y las plantas de cemento de Santiago de Cuba y Artemisa.
En resumen, para el año 1959 las ramas de la industria recaían en: minería, metalurgia y mecánica, materiales de construcción, petróleo y derivados, química, energía eléctrica, azúcar, textil, alimentaria, bebidas y tabacos y otras (jabonería, perfumería, calzado, tenería, artes gráficas, muebles, envases, plásticos). De estas últimas, contaba con 1745 instalaciones, generalmente talleres artesanales y pocas fábricas de adecuadas dimensiones y nivel tecnológico que dependían en lo fundamental, de materia prima importada. La mayoría de estas industrias se concentraban en la provincia de La Habana dado que no contaban con bases nacionales de materias primas. Para 1958, en La Habana se concentraba 75 % de la producción industrial no azucarera de este tipo.
Desde 1940 y hasta 1958 el Ministerio de Salubridad y Asistencia Social fue atendido por 23 ministros -siempre médicos- de diferente filiación política y de duración efímera en sus mandatos, que nada útil y duradero podían hacer. En nada contribuyeron al desarrollo de la salud pública ni de sus disciplinas científicas. La larga crisis económica posterior a la segunda guerra mundial alternaba con gobiernos corruptos Grau (1944-1948) y Prío (1948-1952) en donde la organización de la Salud Pública comienza a acelerar su deterioro. Difícil resulta encontrar obra científico-médica o realización administrativa trascendente en este momento en el marco de la Salud Pública.103
103 Francisco Rojas Ochoa (org.): Vacunas. Cuba, 1959-2008, pp. 39 y 43.
Sin embargo, desde el punto de vista científico, en época de Grau, 1946, ocurre otra epidemia de poliomielitis, de las más violentas registradas en Cuba, que el doctor Filiberto Ramírez Corría la afronta mediante la intensificación de sus estudios en un pequeño laboratorio que abre con sus propios recursos, la ayuda del Ministerio de Salubridad y la colaboración del director de Las Ánimas.104
104 Expediente no. 4:601-Ad. Archivo Central de la Universidad de La Habana.
La prensa del momento publicaba:
El ensayo de la vacuna antipoliomielítica logrado por el doctor Filiberto Ramírez Corría, quien desde hace años se encuentra dedicado a estos estudios, está siendo atentamente considerado por los profesores de la Universidad de Yale, de Estados Unidos, quienes han concebido muchas esperanzas sobre sus futuros resultados. Hasta ahora, se ha podido saber que la vacuna del doctor Ramírez Corría ha tenido éxitos notables en los monos, en los curieles y otros animales. Se trata ahora de conocer si sus resultados son los mismos en los seres humanos. La investigación que se realiza se mantiene en el mayor secreto y un profesor de la Universidad de Yale, el doctor Joseph L. Melnick, se encuentra en La Habana trabajando en este sentido con el doctor...