Introducción
Los estudios referidos a acercamientos biográficos, en la mayoría de los casos, han direccionado su objeto de estudio hacia el análisis diacrónico, a partir de la concatenación de hechos o acontecimientos relevantes, que dictaminan o configuran el quehacer teórico-metodológico para este tipo de investigaciones.
En este sentido los avances en la literatura biográfica musical, han contribuido al descubrimiento del condicionamiento social e histórico que, desde la creación misma, revelan al músico y a su creación artística en épocas y sociedades diversas.
Esta complicidad subyacente a la anterior combinación deviene en resultante a partir del receptor y queda respaldado en las tesis que sostiene T. Kneif (1971), cuando plantea la existencia de relaciones entre la música y la sociedad, la cual puede interpretarse de tres maneras diferentes: en primer lugar, señala que la música está simplemente condicionada por la sociedad, luego que la música es la expresión de la sociedad y en último lugar considera que la música refleja las condiciones sociales en las que nace.
Nutrirse de cada una de estas formas, determinó la concepción de creación del músico Guillermo Manuel Eduardo Tomás Bouffartigue, maestro que trascendió en el tiempo por ser capaz, ante todo, de aglutinar una obra en favor de la cultura cubana. A Guillermo Tomás lo distingue una versatilidad sin precedentes, marcada por un espíritu inquieto de sólida formación, que no solo estuvo determinado por la música como máxima de creación, sino por su impronta pedagógica, su labor musicológica y de divulgación de obras no escuchadas con antelación en Cuba.
Deviene así la importancia de la reconstrucción de fuentes musicales inherentes al repertorio internacional de las primeras décadas del siglo XX. La valoración estética del sonido, de sus instrumentos y prácticas performativas asociadas, llevará a valorar la música en sí misma, no como una mera etapa en el camino al reino de la tonalidad y de la música clásico-romántica, tendencia que surge de la paulatina historización de la vida de conciertos desarrollada en Europa, alimentada por la investigación musicológica temprana. Esta restauración de repertorio del pasado, encontró su máxima expresión a mediados del siglo XX con el rescate de la performance histórica.
El estudioso Paul H. Lang, ha afirmado que "(...) las grandes obras lo son a causa de su novedad inmortal, no a causa de su edad, no porque hayan existido hace cientos de años, sino porque existen desde hace cientos de años". (Lang, 1985, p. 192)
La manera en la que el público recibía el repertorio de la Banda de Música fundada por Guillermo Tomás, lo afirma el teórico Alphons Silbermann, cuando plantea que:
La música puede ser efectivamente aprehendida solo en el momento de contacto entre el artista y el oyente, ya que, por así decirlo, la obra musical se exterioriza, contribuye no solo a la evolución de la vida o a crear nuevos valores, sino que produce un momento sensible: un momento que constituye una experiencia para la sociedad. (Silbermann, 1963, p. 74)
Esa nueva sociedad, más culta y a la vez más cubana, constituía el más gran deseo de Guillermo Tomás, ya que la especificidad de la música no reside en su aislamiento, sino por el contrario, se percibe en un todo cultural del que forma parte y en el que ocupa un lugar propio, distinguiéndose del resto. Gilbert Chase, por su parte describe este proceso vinculado a la historia, cuando señala que "(...) el objeto de la historia de la música debería ser la totalidad de la experiencia musical, con todo su abanico de valores sociales y humano". (Chase, 1958, p. 3)
Por ello se plantea que la historia social de la música, disciplina a la cual se adscribe este estudio, es portadora y mensajera de los valores propios de la música. Los manifiesta, de modo implícito o indirecto, pero no menos real; y con sus propios métodos, los cuales conducen al descubrimiento de las funciones y los valores sociales de la música.
Guillermo Tomás fue portador de valores musicales, se desarrolló además en el ámbito de la crítica musicológica, constancia de ello fueron los innumerables artículos que publicó en revistas, periódicos y libros dedicados a esta temática. La importancia que reviste esta faceta de Guillermo en los inicios del siglo XX para la actividad científica de la época, estuvo en lo esencial determinada por una caracterizada y fuerte tendencia hacia la objetividad, y por una actitud más analítica que sistemática o sintética. Los esfuerzos de la ciencia de su tiempo reflejaron un conocimiento objetivo a partir de las realidades que debían concernir no solo a la ciencia musical, sino a las indagaciones sobre la música.
Por lo que, el desarrollo de la historia de la música como ciencia, profundiza en los estudios sobre múltiples aspectos de dicho arte, lo que ha llevado a una revelación más explícita del fenómeno que, de acuerdo a la realidad, se integra, a lo largo de toda su trayectoria conocida, en la vida social.
Para esta investigación, resultaron imprescindibles las obras de Alejo Carpentier, Serafín Ramírez, Zoila Lapique, Radamés Giro, las cuales aportaron desde cada uno de sus puntos de vista, el acontecer cultural y musical de Cuba en las primeras décadas del siglo XX. Con respecto al contexto histórico se utilizó de Eduardo Torres-Cuevas, el compendio Cuba: el sueño de lo posible, el cual facilitó la comprensión del momento que vivía Cuba al producirse el nacimiento de Guillermo Tomás, en 1868. La obra Las metáforas del cambio en la vida cotidiana, del autor Marial Iglesias Utset, resultó imprescindible para a un acercamiento del mundo cultural habanero.
Como antecedente de esta investigación, se puede citar el artículo de Raúl Martínez Rodríguez: "Apuntes sobre la vida y obra del músico cubano Guillermo M. Tomás: 1868-1933", publicado en la Revista de la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, texto cuyo mérito es ser de los primeros y más serios trabajos realizados sobre Guillermo; sin embargo, como bien se explicita en el título del mismo, aborda más apuntes biográficos que valoraciones profundas.
Se conoce que 31 años después se publica el libro Guillermo Tomás de Yarelis Domínguez, por Ediciones Museo de la Música (2016), lo que llama la atención es el silencio imperante por más de tres décadas en todo el gremio de la música y la musicología cubana, si nos encontramos ante uno de los iniciadores del pensamiento musicológico en Cuba, de la pedagogía musical, el primer doctor cubano en música por la Universidad de Nueva York y uno de los de la avanzada en la creación de proyectos, que en su momento no solo fueron de los mejores de la isla, sino que sirvieron de antecedente a otros tantos de los que hoy dan vida a la historia de la música cubana.
El libro de Domínguez, con un marcado perfil musicológico, aborda la trascendencia de la obra de Guillermo Tomás a partir de un estudio académico previo, lo que le aporta cientificidad al mismo.
De una parte, este texto se propone en primer lugar, develar en toda su dimensión la obra de un músico tan polifacético como lo fue Guillermo Manuel Eduardo Tomás Bouffartigue, a partir del desconocimiento existente sobre esta figura y que comienza desde una deflación hacia su persona visiblemente apreciada en la literatura musicógrafa cubana, lo que conlleva a un peligro mayor: la reducción de la historia social de la música de las primeras décadas del siglo XX. Por otra parte, uno de los objetivos que persigue esta obra es la rectificación de su fecha de nacimiento, unido a su impronta como uno de los iniciadores del nacionalismo musical, y su vínculo con figuras del movimiento independentista cubano.
Para desentrañar, contrastar y validar la información que sobre este músico se hallaba, fue necesario clasificar la misma por períodos históricos que responden a los distintos momentos que marcaron su vida y obra. Un primer período denominado: Cimientos de una sólida formación (1868-1889), que consta de dos etapas: Los primeros años de Guillermo Tomás (1868-1878) y. La preparación musical de Guillermo Tomás (1879-1889).
Un segundo período nombrado: Nueva York suena por Cuba (1890-1898), y el tercero, La Habana: en pro de la cultura patria (1899-1933), con tres etapas: Creación de proyectos musicales (1899-1922), Una parada necesaria (1923-1930) y El regreso del maestro (1931-1933).
Aunque resultó escasa la existencia de información primaria, el estudio de las fuentes periodísticas, implicó la revisión de numerosas revistas y periódicos, tanto nacionales como extranjeros, recopiladas en lo fundamental por el Museo Nacional de la Música y por la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. Las fuentes documentales compuestas por fotos, carteles, anuncios promocionales y otras maneras en las que se presentó la gran diversidad de proyectos creados por Guillermo Tomás, arrojaron valiosa información.
Es preciso señalar lo que aportó la papelería inédita del historiador cienfueguero Florentino Morales, localizada en el Museo Provincial de Cienfuegos, que, con una certera y profunda mirada, avizoró determinados elementos que se debían esclarecer sobre la vida y obra del autor referido. Asimismo, no se puede dejar de mencionar la búsqueda realizada en los archivos de la Parroquia La Purísima Concepción, de la Iglesia Catedral de Cienfuegos, que tuvo como objetivo de dilucidar el gran dilema de la fecha de nacimiento de Guillermo...