Introducción
La labor cotidiana de más de 45 años en redacciones periodísticas me demostró, en más de una ocasión, la utilidad de una obra como la contenida en estas páginas; además, me hizo comprender la validez del enunciado que plantea: "la necesidad crea el órgano".
La tarea recopiladora para tal fin no fue menester de varios días, sino de 30 años, y el método principal, el del cazador que sale a diario, arma al hombro, en busca de su presa.
Una y otra vez, prácticamente en cada jornada, en las redacciones de los órganos de prensa -y también en cualquier otro escenario- se lanza al aire la interrogante sobre el nombre representado por una u otra sigla. Sin embargo, en muchos casos, la imaginación se echa al vuelo para tratar de descifrar, letra por letra, el jeroglífico moderno que se pretende identificar.
El objetivo de una obra como esta, por tanto, es poner en manos del lector el descifrador de tales enigmas, a sabiendas de que aquella no abarcará todas las siglas existentes -no se trata de una enciclopedia de ellas- y de que está condenada a un rápido envejecimiento, porque diariamente surgen unas y desaparecen otras.
El mundo moderno da señales de haber tomado la firme determinación de convivir y depender de las siglas, ese ente sintetizador presente, hoy día, en todo tipo de escritos, usado por todos los medios de prensa y empleado continuamente en el habla, como un elemento más del idioma.
Y es que la sigla se ha convertido en una forma de codificación del lenguaje, visible con frecuencia ascendente, aunque no constituye la única forma de abreviación. Son, en definitiva, abreviaciones el acortamiento, la abreviatura, el acrónimo, la sigla y el símbolo. La abreviación trata de ahorrar tiempo y espacio al representar gráficamente una palabra o una expresión gracias a la eliminación de letras o sílabas de su escritura total.
Acortamiento
El acortamiento de las palabras -del cual la sigla es un fenómeno mundial- está presente en las distintas lenguas y gráficamente reflejado en la escritura. Se trata de un proceso espontáneo de abreviación, que tiene diversos tipos en dependencia de su método de formación, su ortografía y su modo de lectura.
Durante el acortamiento -llamado igualmente abreviamiento o acortamiento léxico- las palabras pierden sílabas enteras, casi siempre finales, aunque también iniciales. Ejemplos como fotografía, que se convierte en su apócope foto, palabra que todos comprenden como si se dijera la original. También moto por motocicleta.
Un caso de acortamiento por eliminación de sílabas iniciales es bus por autobús.
En la mayoría de los casos, los acortamientos reducen a dos sílabas el cuerpo del término abreviado, como cine por cinematógrafo, profe por profesor y bici por bicicleta. Cuando la palabra completa posee un elemento prefijo, el acortamiento se reduce generalmente a este: tele por televisión y súper por supermercado, como se dice en algunos países.
Los acortamientos se generan, por lo regular, en el habla coloquial y su dimensión primera es oral, más que gráfica. A veces, desplazan en el uso cotidiano a la forma original, como: taxi por taxímetro y moto por motocicleta.
Por lo general, la mayoría de los acortamientos mantiene el género de la palabra original, como en la moto por la motocicleta. Existen excepciones, como en el cromo por la cromolitografía.
Con frecuencia, se producen acortamientos en la formación de hipocorísticos, es decir, nombres abreviados o deformados empleados para designaciones afectivas o familiares. De esta forma, los nombres propios de personas, usados familiarmente, se apocopan, o sea, pierden sílabas o letras finales. Es por ello que se suele decir: Pili por Pilar o Marga por Margarita. Surgen también hipocorísticos con la eliminación de la parte inicial del nombre de pila: Gina por Georgina, Nando por Fernando y Tino por Constantino. Son, asimismo, hipocorísticos Charo por Rosario, Paco por Francisco y Pepe por José.
Abreviatura
La abreviatura es la forma mediante la cual se economiza tiempo y espacio en la representación gráfica de una palabra o expresión, valiéndose de la supresión de letras o sílabas de su escritura original.
La abreviatura -que siempre se cierra con un punto- representa una palabra escrita solo con una o varias de sus letras, en la cual nunca puede faltar la primera. En este caso, valga la aclaración, se trata de letras, no de sonidos, como sucede en el acortamiento. La abreviatura, por el contrario, es resultado de la búsqueda de la comodidad gráfica, no fonética.
Las abreviaturas pueden ser "personales" y "convencionales". Las primeras son las que genera cualquier persona para su uso propio, las segundas son las reconocidas y utilizadas por todos los que emplean un idioma determinado. Las abreviaturas convencionales se utilizan según ciertas reglas; en general, no pueden usarse en cualquier lugar del texto. (No debe escribirse: En la lista era el nu. 20. Lo correcto es: En la lista era el número 20). Las abreviaturas de tratamiento, como Dr. (por Doctor), deben colocarse siempre antes del nombre propio (Dr. Rodríguez). Tampoco se debe escribir una cantidad con letras seguida de la abreviatura de lo cuantificado (treinta cts. por treinta centavos).
En la abreviatura se debe suprimir, al menos, dos letras de la palabra abreviada, y mejor tres si la palabra es suficientemente larga. No obstante, hay casos en que se elimina una sola letra, como en vid. por vide.
Cuando la abreviatura se forma por truncamiento se suprimen letras o sílabas finales. La abreviatura así obtenida nunca debe concluir en vocal (art. por artículo). En las abreviaturas correspondientes a fórmulas o expresiones fijas se abrevian todas las palabras que las forman, incluidos artículos, preposiciones o conjunciones, reduciéndolas a la letra inicial (q. e. p. d. por que en paz descanse).
Si la abreviatura se forma por contracción, se suprimen letras centrales y quedan únicamente las más representativas, como en atte. por atentamente. En esta forma de abreviaturas entran las que presentan la letra o letras finales voladas, como en af.mo por afectísimo.
Cuando la abreviatura del masculino finaliza en -o, el femenino se forma reemplazando esta vocal por una -a, como en Lcdo. (licenciado) por Lcda. (licenciada).
Si el masculino termina en consonante, hay diversas vías para formar el femenino. En las abreviaturas logradas por truncamiento, el femenino se obtiene agregando una a volada, subrayada o no, como en Dir. para director y Dir.a o Dir.a para directora. En países de América, con frecuencia, el femenino de estas abreviaturas se escribe con a no volada y, aunque ambas soluciones son admitidas, se prefiere la que se escribe con a volada.
Las abreviaturas logradas por contracción admiten las tres opciones señaladas para la formación del femenino: Dr. por doctor, y Dra., Dr.a o Dr.a para doctora.
Cuando la abreviatura se obtiene por truncamiento, en su plural se agrega -s, como en págs. por páginas.
Constituye excepción el plural de las abreviaturas cent. (centavo, centésimo) y cént. (céntimo), que es cts. y no cents. ni cénts.
Si la abreviatura se formó por contracción, se añade s o es en dependencia de la terminación, como en admones. por administraciones.
En caso de que la abreviatura corresponda a una forma verbal, se emplea para el plural la misma forma que para el singular, como en cp., que sirve como abreviatura para compárese y para compárense.
Las abreviaturas conservan la tilde si en su forma está contenida la vocal que la lleva en la palabra original que se abrevia (pág. por página). Además, las abreviaturas se escriben con mayúsculas o minúsculas en correspondencia con la forma original de la palabra o expresión abreviadas (Bs. As. por Buenos Aires y c. e. por correo electrónico). Las abreviaturas de nombres comunes se escribirán con minúscula, salvo si van después de punto o al comienzo de un enunciado. No obstante, hay excepciones y siempre se escriben con inicial mayúscula las abreviaturas de formas de tratamiento, incluidas las que se...