¿A LA MANERA DE... Jean-Auguste-Dominique Ingres
¿A LA MANERA DE... Berthe Morisot
¿A LA MANERA DE... Hans Holbein el Joven
¿A LA MANERA DE... Vincent van Gogh
Estudio de la cabeza y del rostro
Para construir un buen retrato hay que ir de lo general a lo particular. Primero se esboza la estructura básica de la cabeza, se identifican la forma, las zonas más prominentes y se estudia la relación de proporciones entre las distintas masas. Cuando estas medidas generales son correctas se abordan los detalles más minuciosos, aquellos con los que se pretende captar la semejanza del retratado. Pero hay que aprender a dibujar previamente la estructura de la cabeza y del rostro, esto es algo fundamental para los principiantes, pues sólo así adquirirán un conocimiento eficaz y sólido que les asegure un buen dibujo. En este apartado se propone estudiar unos modelos prácticos de validez general. Los casos particulares pueden comprenderse mejor si existe un modelo que los justifique y los haga comprensibles.
EL TEMA
Forma de la cabeza humana
Las cabezas, por muy distintas que sean en cuanto a forma o expresión, tienen una base común: la forma de un óvalo. Es preciso partir de esta forma básica para llegar a un estudio más preciso de su volumen, y lograr así un retrato verdaderamente parecido al modelo. Una mirada general a los elementos básicos de la cabeza humana es suficiente para conocer su estructura y establecer una primera distribución de las facciones.
La cabeza presenta una forma oval que muestra una esfera regular en la parte superior y mayor estrechez en la zona inferior.
La forma de la cabeza puede resumirse en un óvalo. Esta forma geométrica simple es la referencia básica, el punto de partida.
Se traza un eje que recorre la cara de arriba abajo y la situación de los rasgos, prestando atención a la distancia que hay entre ellos.
Forma de la cabeza y ángulo facial
En una cabeza vista de frente, el carácter de la fisionomía se expresa primero por la forma de la cabeza, que según el modelo puede presentar una tendencia triangular, ovalada, alargada o redonda. Luego hay que prestar atención a los rasgos sobresalientes: cuello largo, ojos pequeños o grandes, vivos o apagados, redondos o rasgados, nariz puntiaguda, levantada, frente abombada o baja.
La primera síntesis
La primera representación de la cabeza debe ser muy elemental, hay que dejar resuelta su estructura con un dibujo muy simple. Este dibujo preliminar se empieza con un óvalo, con el que se representa sintéticamente el cráneo, que se divide en dos con una línea medianera, llamada eje central, y luego se trazan otras líneas horizontales que señalan el emplazamiento de los ojos, la nariz y la boca. Así se descubre que en casi todas las cabezas los ojos se sitúan casi en el medio de su altura, y si el cabello es muy abundante, éste y la frente ocupan casi toda la mitad superior.
He aquí otro ejemplo realizado a lápiz. Se divide el óvalo inicial con dos ejes curvos que se adaptan a la redondez de la cabeza (1), luego se marca la posición de los ojos, la nariz y la boca (2). Por último, se definen las facciones (3).
Este sencillo esquema ha permitido localizar claramente la posición de cada uno de los elementos faciales que configuran el rostro.
EL TEMA
Proporciones y planteamiento de la cara
Uno de los capítulos clásicos en el estudio de la cabeza humana corresponde a las proporciones. La construcción de la cabeza entendida como un volumen resulta sencilla si se siguen los parámetros de proporción que ofrece su estudio anatómico, el cual ofrece soluciones para fijar las relaciones de tamaño entre distintas partes del rostro y conseguir un equilibrio armónico. El estudio de la estructura de la cabeza humana proporciona una visión científica de su fisionomía.
La cabeza vista de frente se puede dividir en tres módulos y medio de altura, en tanto que su anchura es igual a dos módulos y medio.
La anchura de los ojos equivale, aproximadamente, a medio módulo. La distancia que separa un ojo del otro se corresponde con la anchura del ojo.
Estructura y proporciones
El canon de la cabeza humana en vista frontal es igual a tres veces y media el largo de la frente (del nacimiento del pelo a las cejas) por dos módulos y medio de anchura. Dividiendo el módulo inferior en dos mitades, se obtiene el perfil inferior de la boca. El tamaño de los ojos es igual al espacio que hay entre ellos, el ancho de la nariz. La cabeza de perfil es más redondeada y puede encajarse en un cuadrado de tres módulos y medio de lado. Las mismas divisiones horizontales aplicadas en la cabeza vista de frente coinciden en la de perfil, teniendo en cuenta que son módulos de idéntica dimensión a los utilizados para encajar la cabeza en vista frontal.
Esquemas geométricos
El canon clásico suele recurrir a la relación matemática entre las distintas partes del rostro, sin embargo, en la actualidad, se emplean esquemas geométricos simples. El trabajo de construcción con formas geométricas puede completarse con un ligero sombreado, que se asemeja al de una forma poliédrica donde se produce una gradación tonal de color carne. Los planos más expuestos a la luz aparecen de un color rosado claro, mientras que los opuestos son de un marrón oscuro. Lógicamente, la zona del cabello será de un color distinto al de la cara y las oquedades como los ojos y el perfil de la nariz aparecerán más oscuras.
La cabeza vista de perfil forma un cuadrado perfecto de tres módulos y medio de altura y anchura. Las divisiones modulares facilitan la ubicación de la oreja, los ojos y la boca.
Otra manera de estructurar la cabeza es a partir de formas volumétricas regulares, es decir, planos geométricos superpuestos cuyo tono se aclara u oscurece según sea su grado de exposición a la luz.
EL TEMA
Sistema de medidas para la visión frontal
En este apartado se pone en práctica un sencillo sistema de medidas que permite situar, de manera muy sencilla y proporcionada, los distintos elementos faciales cuando se tiene una visión completamente frontal del modelo. Para comprender su aplicación, se toma una fotografía del personaje que se quiere retratar. Luego, sobre el papel o la tela se dibuja el armazón o esquema geométrico que a continuación se propone.
Cuando el modelo ofrece una visión frontal, un armazón geométrico resulta de gran ayuda para situar los elementos faciales de manera proporcionada, armónica y simétrica.
Cada ojo ocupa los dos segmentos centrales, y la nariz y la longitud de la boca se consiguen cruzando dos rectas diagonales. Se procura hacer coincidir los elementos faciales con las medidas que proporciona el armazón.
Si la cabeza está inclinada el eje de simetría del rostro también deberá estarlo. Su altura es de tres partes y media, mientras que las dos rectas paralelas que señalan los ojos se dividen en ocho partes.
Desarrollo del esquema
Se trata de construir la cara a partir de unas formas geométricas simples y líneas entrecruzadas que tratan de dar coherencia a las proporciones del rostro. Se dibuja un rectángulo formado por dos cuadrados que se dividen por la mitad de arriba abajo para establecer el eje de simetría; hay que fijarse en que la cabeza no está totalmente vertical sino que se inclina unos grados a la derecha. Se divide la altura del rectángulo en tres partes y media. Las dos rectas paralelas se sitúan a la altura de los ojos y se dividen en ocho partes iguales. Los dos segmentos centrales de esta divisoria señalan la anchura de la nariz, por lo que se proyectarán un par de rectas perpendiculares. Desde los puntos donde estas rectas convergen con la divisoria del rectángulo se trazan dos líneas cruzadas en forma de aspa que sirven para señalar las fosas nasales y la anchura de la boca.
Del esquema al dibujo
Sobre el esquema geométrico se puede empezar a dibujar. La división superior del rectángulo señala el nacimiento del cabello, allí donde termina la frente. Las ocho divisiones horizontales a la altura de los ojos permiten delimitar la longitud de cada uno de ellos y construir su parte interna. Se encajan las fosas nasales de la nariz con una sencilla curva y la longitud de la boca en la base del triángulo previamente proyectado. Cuidado, estas medidas no siempre encajan de manera exacta, no todas las caras son ideales y perfectas, pero ayudan a que un retrato visto de frente aparezca bien proporcionado desde el principio.
En esta última fase prima el dibujo por encima del esquema...