I. Conocer al bebé
I .1. Un ser inmaduro
I. 2. Un ser sensoriomotor
I. 3. Un ser sensible
I. 4. Una persona
I. Razones para un tratamiento de las cadenas fisiológicas
I. 1. Las compresiones
I. 2. Los estiramientos
I. 3. Las repercusiones de estas tensiones
II. Objetivos de un tratamiento de las cadenas fisiológicas
II. 1. Desarrollarse a partir de un esquema equilibrado
II. 2. Un cuerpo distendido, una mente distendida
II. 3. Hacia una interpretación neurológica libre de toda tensión
III. ¿Cuándo tratarlo?
III. 1. ¿A qué edad?
III. 2. ¿En qué momento?
IV. La anamnesis
IV. 1. ¿Cuál es el motivo de la consulta?
IV. 2. ¿Cómo se ha desarrollado el embarazo?
IV. 3. ¿Cómo se ha desarrollado el nacimiento?
IV. 4. Lactancia: ¿pecho/biberón/mixta?
IV. 5. ¿Cómo duerme el bebé? ¿Cómo le gusta estar?
IV. 6. Descríbame a su bebé
V. El tratamiento
V. 1. El masaje
V. 2. Liberación de la cadena neurovascular
V. 3. Liberación de la cadena visceral
V. 4. Liberación de las cadenas musculares
V. 5. Algunos consejos
VI. Conclusión
VII. Bibliografía
VIII. Agradecimientos
I. Conocer al bebé
Antes de tratar a un bebé hay que saber quién es y conocer sus especificidades, sus características anatómicas, fisiológicas y de comportamiento. En primer lugar, mi práctica es lo que me ha permitido observar a los bebés, aprender a conocerlos, a «sentirlos». Más tarde, la lectura de obras especializadas me ha ayudado a profundizar mis observaciones y mis conocimientos sobre la evolución de la psicomotricidad y del aprendizaje en los bebés.
Al nacer, el bebé «de nueve meses de edad» es un ser inmaduro, sensoriomotor, que va a realizarse gracias a sus relaciones con las personas que lo rodean y con el entorno.
Es un ser en formación, y el potencial que hay en él es inmenso.
Va a experimentar modificaciones importantes:
- un crecimiento estaturoponderal rápido,
- un aumento del perímetro craneal (PC),
- una maduración tisular, cuyos valores más importantes se dan a nivel de los tejidos nervioso, digestivo y respiratorio.
Está dotado de una homeostasis deficiente y de unas defensas naturales escasas. Tiene necesidades físicas por ausencia de reservas cuantitativas y cualitativas de calorías, proteínas, vitaminas y oligoelementos. La satisfacción de sus necesidades afectivas condiciona su buen desarrollo psicomotor.
Debemos descubrirlo describiendo en primer lugar su inmadurez, a continuación su sistema sensoriomotor y por último la persona que es en potencia.
I.1. Un ser inmaduro
Al nacer, el bebé posee tres sistemas cuyo desarrollo aún no está completo:
a. el sistema digestivo,
b. el sistema respiratorio y
c. el sistema neurológico central.
I. 1a. El sistema digestivo
El tubo digestivo del bebé está inmaduro a nivel de la mucosa digestiva, y su anatomía va a evolucionar de forma importante a lo largo de los seis primeros meses.
LA MUCOSA DIGESTIVA
Al principio, la mucosa digestiva está genéticamente preparada para la absorción de la leche materna.
Esta leche es una mezcla de ingredientes especialmente adaptados a las necesidades del bebé. Está compuesta por lactosa, caseína y lípidos. Cada componente se da en una dosis precisa que es específica para cada especie, de modo que las leches no son intercambiables.
La leche materna contiene aminoácidos libres (en la caseína) y ácidos grasos insaturados que le son específicos. Éstos tienen un papel esencial en el proceso de la maduración celular neurológica. Los elementos que componen esta leche serán directamente asimilados por el organismo del bebé gracias a su mucosa digestiva. Y todos estos elementos son INDISPENSABLES para su crecimiento.
Querría llamar la atención respecto a ciertos productos que pueden denominarse «leche», pese a que presentan carencias IMPORTANTES de constituyentes para el crecimiento del bebé. Estas carencias pueden inducir a una acción nefasta en el desarrollo neurológico y en el crecimiento.
Por tanto, es peligroso aconsejar de forma sectaria estas «leches» que, sin embargo, ocupan los «PRIMEROS LUGARES del star-system de la dietética», aunque no se les añade, como complemento, todas las sustancias necesarias para la evolución normal del crecimiento.
Existen leches de sustitución que contienen estos elementos y que son hipoalergénicas, pero hay que saber que estas leches de sustitución no son tan fácilmente absorbibles por la mucosa digestiva del bebé como la leche materna, y que nada puede sustituirla.
La mucosa del bebé es muy frágil, muy permeable a las proteínas extrañas. Deja pasar fácilmente partículas que pueden ser alergénicas. Hasta alrededor de los tres meses y medio el intestino no actuará como barrera antialérgica. En este momento la mucosa se adaptará progresivamente a los diferentes alimentos. Hacia el sexto mes está adaptada para absorber y aceptar constituyentes alimentarios distintos a la leche materna.
El conocimiento de la evolución fisiológica de la mucosa digestiva del recién nacido es, como puede observarse, un requisito indispensable para aconsejar a la madre.
Además, frente a las variedades importantes (así como el número) de este producto alimentario, ante una mucosa digestiva frágil y teniendo en cuenta las necesidades que deben satisfacerse para mantener la buena salud del bebé, corresponde al pediatra aconsejar la leche de sustitución.
LA ANATOMÍA DEL TUBO AERODIGESTIVO
La anatomía del tubo aerodigestivo del bebé es diferente de la del adulto.
En el adulto
La faringe (parte cervical del esófago) está unida a la base del cráneo y baja por delante de los cuerpos vertebrales.
Anteriormente se confunde con:
- las fosas nasales,
- la cavidad bucal.
Así pues, a nivel cervical no tiene pared anterior. La faringe se comunica con la laringe.
En lo que respecta a la fisiología respiratoria y de la deglución, cuando el adulto respira, no deglute, y cuando deglute, efectúa automáticamente una apnea respiratoria.
En el bebé
Al igual que en el adulto, la faringe está unida a la base del cráneo y baja por delante de los cuerpos vertebrales. Delante de la faringe se encuentra la laringe.
Esta última está en posición alta. Su límite superior formado por el cuerpo del hueso hioides se encuentra frente a C1 en el bebé, mientras que en el adulto está a nivel de C3-C4. La lengua es intraoral. La epiglotis está en contacto directo con un velo poco desarrollado, de modo que no tiene orofaringe, y la laringe está incluida en la nasofaringe.
Durante la deglución, la laringe se eleva dentro de la nasofaringe, lo cual permite la deglución al mismo tiempo que la respiración.
La laringe del adulto (de Netter)
La leche es un líquido. Todo líquido se adapta a la forma de su continente. La leche fluirá hacia los canales laterales que hay en el exterior y lateralmente a la laringe. A continuación pasará al esófago y al estómago. Cuando el bebé respira, el aire penetra por las fosas nasales, llega a la nasofaringe y pasa directamente a la laringe.
Es por ello por lo que cuando un bebé está resfriado se siente muy mal, ya que para él la respiración bucal es difícil. Actualmente no se conoce a la perfección este mecanismo, pero se sabe que por parte del bebé se precisa cierta agitación para hacer bajar la epiglotis. Ello permite una abertura. Entonces el aire puede penetrar en la laringe, aunque la nariz esté tapada.
Según los trabajos del profesor Talmant, esta anatomía del bebé es ideal, es decir, está completamente adaptada a las necesidades del bebé. Y, como vamos a ver, presenta una ventaja destacada.
La faringe del recién nacido durante la respiración (de Netter)
La faringe del recién nacido durante la lactancia (de Netter)
Explicación
En todo cilindro, durante la inspiración, hay al principio una presión negativa. Si las paredes del cilindro son flexibles, la depresión implicará el colapso de las paredes. Un cilindro elástico de un calibre dado se deforma menos si su altura es corta respecto a su circunferencia. Por tanto, mecánicamente es más estable si su altura no supera su circunferencia.
La ausencia de orofaringe en el bebé hace disminuir la altura de la faringe. Esta disminución de la altura permite resistir las consecuencias mecánicas de la depresión inspiratoria. Así, durante las depresiones no hay colapso de las paredes.
Durante la lactancia, la acción de mamar ejerce una acción mecánica importante sobre las diferentes estructuras aerodigestivas:
- El bebé coloca la lengua bajo el pezón de la madre y lo aplasta contra su paladar. Esta dinámica muscular intensa tiene como consecuencia una acción de extensión de las suturas interpalatinas.
- Mientras tanto, realiza leves movimientos mandibulares que ejercen una acción de bombeo a nivel del pezón. Cuando baja la mandíbula, ejerce una aspiración. Los músculos orbiculares, buccinador y linguales crean alternancias de presión-depresión a nivel de la cavidad bucal. Cuando sube la mandíbula, comienza la fase de deglución.
- El seno de la madre presenta múltiples conductos muy finos a nivel del pezón, que precisan por parte del bebé una succión importante y prolongada debido a la resistencia anatómica. Este trabajo muscular de aspiración ejerce una acción secundaria sobre todo el cráneo membranoso del bebé.
La conjugación de la presión lingual (cadena visceral) y de una actividad muscular periférica (cadena muscular) induce una acción de bombeo sobre el conducto musculoaponeurótico de la faringe. Este conducto enlaza con la base del cráneo. Es el principio de la cadena visceral.
Las inserciones superiores de esta cadena se hacen con:
- la apófisis basilar del occipital,
- la espina y las alas internas de las apófisis pterigoides del esfenoides.
- los surcos esfenopetrosos (formados por el hueso temporal y las grandes alas del esfenoides).
Esta cadena visceral está conectada...