Cuentos nuevos (1894) de Emilia Pardo Bazán aparecían por vez primera en libro, aunque se hubiesen dado a conocer antes en publicaciones periodísticas.
El asunto predominante en estos cuentos es el amoroso: historias de amor, Agravante, La hierba milagrosa, Evocación, La paloma negra, Sedano, Madre, y algunas otras, como La flor seca y El voto.
También aparecen, aunque tímidamente y sin demasiada profundidad, ciertos temas de actualidad: las teorías malthusianas (Sobremesa), la emigración (El voto), la cuestión social (Cuatro socialistas).
Hay unos pocos cuentos que manifiestan en sus asuntos o motivos una cierta dimensión metaliteraria: así, La cruz roja, lúcida reflexión sobre el poder de la capacidad fabuladora, sobre los límites entre la realidad y la ficción.
La mariposa de pedrería es una alegoría sobre la inspiración y la fantasía poética, sus condiciones y límites.
La calavera, es una fantasía sobre una obsesión que tiene algo -o mucho- de literaria.
El ruido, cuyo protagonista es un escritor en busca del inalcanzable ambiente de sosiego para su creación; el texto refleja de manera muy certera esa búsqueda de un nuevo lenguaje poético que acucia a la literatura finisecular.
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Produkt-Hinweis
Broschur/Paperback
Klebebindung
Pappband
Maße
Höhe: 210 mm
Breite: 148 mm
Dicke: 10 mm
Gewicht
ISBN-13
978-84-9953-820-4 (9788499538204)
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Schweitzer Klassifikation
Zeferino González Diaz de Tuñón (Pola de Laviana, Asturias,1831-1894). España.
Hijo de labradores, en 1844 tomó el hábito dominico en el convento de Ocaña, y se fue a vivir a los dieciocho años a Manila, donde finalizó sus estudios. Su salud delicada marcó su dedicación a la academia y no a la misión: en enero de 1862 terminó La Economía política y el Cristianismo, y en 1864 publicó en Manila su principal obra doctrinal, los tres volúmenes de Estudios sobre la filosofía de Santo Tomás.
En 1866 fue trasladado por su Orden a España y en 1873 fue elegido miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
De 1875 a 1883 ejerció como obispo de Córdoba, donde inició la organización de los Círculos Obreros y adaptó los Seminarios eclesiásticos a las exigencias de la enseñanza del bachillerato civil. Más tarde fue nombrado arzobispo de Sevilla, y en 1884 fue designado cardenal. Un año más tarde ocupó la Sede Primada de España, se enfrentó al clero toledano y en 1886 prefirió dejar el arzobispado de Toledo y volver al de Sevilla, del que dimitió para retirarse.