Mesa 2.
Entorno digital y Derecho de autor
Rosa de Couto
Remedios Zafra
Moderador: Javier Gutiérrez Vicén
Javier Gutiérrez Vicén: Vamos a dar comienzo a esta segunda mesa redonda de nuestra jornada "Arte y democracia". Mi nombre es Javier Gutiérrez Vicén, soy director general de VEGAP y voy a actuar como moderador, espero que moderadamente, en esta segunda mesa que inicio con una pequeña explicación.
La civilización está ligada desde su origen a los descubrimientos y habilidades tecnológicas, al desarrollo evolutivo de este conocimiento en una doble dirección: por una parte, dirige su búsqueda al bienestar material de la especie; pero, por otra parte, también a la obtención del desarrollo intelectual y espiritual de los componentes y materiales del ser humano. El arte está incardinado dentro de esta segunda búsqueda.
La historia de la actividad arti?cial del ser humano es la historia de la civilización misma y es una explicación, a su vez, de la metamorfosis de nuestra especie a lo largo del tiempo. La tecnología digital, en consecuencia, es el resultado de esta evolución y abre las puertas a caminos nuevos en la evolución de la humanidad.
Dos elementos se ciernen en esta dinámica: el primero lo constituye el hecho de que el control de la evolución de los procesos tecnológicos digitales está en pocas manos y muy poderosas. Queda fuera del alcance de los poderes públicos y se dirige desde entramados de corporaciones multinacionales. El motor que inspira esta evolución no es el bien común, sino la máxima rentabilidad en las inversiones de estas corporaciones. El segundo lo constituye la velocidad inusitada de este proceso. Nunca como hasta ahora la transformación tecnológica de la humanidad ha supuesto unos cambios tan abruptos en una dimensión global que afecta a todos los coetáneos que habitan el planeta en las últimas tres décadas, de forma que la vida cotidiana de toda la especie ha sufrido una alteración que no permite su análisis y su comprensión con exactitud para la inmensa mayoría de las personas. El derecho de autor, que es el constructo, que desde la Revolución Francesa y de la Ilustración se ha insertado en el corazón mismo de la democracia, es un punto de equilibrio entre el individuo y la sociedad. Este punto de equilibrio está centrado en el ámbito de la ciencia y de la cultura, y permite reequilibrar dos grandes intereses civilizatorios: el interés social de garantizar el libre acceso a los bienes culturales a todas las personas, y el interés de garantizar a quienes hacen posible la existencia de estos bienes culturales el que puedan disfrutar de los derechos patrimoniales y morales que les corresponden. Los autores de las creaciones visuales, por sus características de creadores plenos y promotores de la difusión de sus obras, sin que existan industrias que estén coaligadas con ellos en la defensa de sus derechos de autor, constituyen el mejor ejemplo de la tensión dramática que estos autores están arrastrando en el entorno digital. La necesidad de la conciencia de sus protagonistas y de la sociedad para respetar y proteger el derecho de autor a la creación visual es uno de los grandes dilemas que tiene la cultura en el siglo XXI.
La mundialización, como un fenómeno económico que ha generado, junto con la predominancia del pensamiento ultraliberal, una profunda transformación del mundo del derecho y de sus instituciones, así como de su dinámica operativa, hace que el Estado de Derecho en las sociedades democráticas se haya visto afectado por el efecto transformador de lo que se ha dado en llamar "la tercera revolución industrial".
El "Estado Comercial Abierto", que es el resultado de la metamorfosis que han sufrido los Estados-nación, como consecuencia de la mundialización de los mercados, ha generado una crisis en la forma estatal de gobierno de lo económico.
El tránsito de la empresa "fordista" a la "empresa red" ha dado lugar, junto con el proceso de privatización masiva de unos sectores que tradicionalmente han sido de titularidad pública, a la ruptura del papel regulador del Estado y a la transformación de la función del poder legislativo en todas las cuestiones que tienen como objeto la normativización de los contenidos económicos. Ello incluye la legislación en materia de propiedad intelectual. Diríamos que, de manera relevante, incluye la propiedad intelectual, pues esta, junto con la propiedad industrial, son los dos grandes vectores de las actuales superestructuras económicas que mueven el mundo.
Todo ello ha dado lugar a un tipo de acción gubernativa y legislativa que se ha denominado por los analistas como el "Estado Comercial Abierto", y que supone en la práctica una ruptura del vínculo que, en la época del capitalismo industrial, existía entre el Estado y el sector industrial. Hoy en día la capacidad estabilizadora o desestabilizadora del mercado que, hasta hace apenas cuatro décadas, correspondía regular a los Estados-nación, ha pasado a estar en manos de las empresas tecnológicas y del sistema ?nanciero. Tenemos, además de este plano de re?exión jurídica y económica, otro derivado del anterior, relativo a la transformación que en las condiciones de trabajo creativo han sufrido nuestros creadores visuales. Los artistas plásticos, los fotógrafos, los ilustradores, los diseñadores grá?cos, videoartistas o net-artistas.
Para hablar de estas cuestiones, contamos en esta sesión con dos prestigiosas expertas, tanto en el campo jurídico como en el de la antropología de la cultura.
La profesora Rosa de Couto Gálvez, que es actualmente directora del departamento de Derecho Privado, que abarca el Derecho Civil y el Derecho Internacional Privado y el área de Derecho Romano, en la Universidad de Comillas.
La profesora De Couto ha sido presidenta de la Comisión de Propiedad Intelectual, es Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Es una especialista en Derecho de Autor de los creadores visuales, autora de numerosas publicaciones jurídicas, de las que quiero destacar, por su vinculación con esta Jornada, La tutela de la obra plástica en la sociedad tecnológica, La contratación en la creación visual, y una publicada recientemente titulada Las creaciones visuales, su contratación abusiva y la directiva europea del mercado único digital.
Por otra parte, se encuentra también con nosotros la profesora y escritora Remedios Zafra. La profesora Remedios Zafra es antropóloga, doctora en Arte y Cultura Digital en la Universidad de Sevilla, y es una especialista en el estudio crítico de la cultura contemporánea, la antropología, el ciberfeminismo y la cultura digital. Sus ensayos han sido reconocidos con diversos premios. El último, el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, es de este año 2022. De entre los numerosos ensayos, y por su cercanía con los temas que vamos a tratar hoy, voy a mencionar Un cuarto propio conectado, Ojos y capital y El entusiasmo: precariedad y trabajo creativo en la era digital.
Voy a pedir a la profesora Rosa de Couto que intervenga en primer lugar, dando a continuación la palabra a la profesora Remedios Zafra, para continuar con las intervenciones o preguntas desde el público que está presente. Y, sin más, le doy la palabra a la profesora Rosa de Couto.
Rosa de Couto: Buenos días, en primer lugar, quiero agradecer a los organizadores de esta Jornada su invitación a participar en la misma, especialmente a VEGAP y a Javier Gutiérrez Vicén.
Lo que sobre todo quiero es invitar a los participantes, a los que ahora mismo estéis aquí y a los que están también online, a re?exionar sobre el tema que afecta al ámbito jurídico en las nuevas tecnologías y al proceso de creación que se realiza con estas nuevas tecnologías que hace un momento se comentaba.
Lo primero que tenemos que plantear, si hablamos de nuevas tecnologías, creación visual y ámbito jurídico, es que hay un aumento importante en estas últimas décadas de servicios digitales y estos proporcionan las dos caras de una misma moneda. Es decir, que, por un lado, proporcionan más medios para crear, pero también, por otra parte, crean más situaciones favorables para al quebrantamiento de las normas jurídicas, unido todo ello a un consumo creciente e intenso de obras visuales.
Ese aumento o esa situación tecnológica junto con un mayor consumo, sería saludable, es decir, es elogiable, si no fuera porque, en muchas ocasiones, esas situaciones se enfrentan al autor y a sus intereses, cuando, no olvidemos, este autor es el generador de los contenidos que se consumen y, sin embargo, se encuentra en una situación de desprotección, con cláusulas contractuales desequilibradas, con situaciones que se mantienen al margen de la normativa nacional e internacional y, en muchas ocasiones también, sin sanción. Es decir, que no se permiten legalmente, son ilícitas, pero que al mismo tiempo no hay nadie, ninguna institución ni organismo que establezca una sanción contra esta actividad ilegal.
Atendiendo a la realidad tecnológica y examinando en qué medida afecta a esas actividades creativas, nos podemos remitir siglo y medio atrás en relación con la normativa de propiedad intelectual establecida a ?nales del siglo XIX. Pero si nos vamos a un período más reciente al hablar de nuevas tecnologías y obras visuales, podemos analizar lo qué sucede, por ejemplo, con los tratados de la OMPI, de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual, que se aprobaron en los años 90 del siglo...